En un día frío y gris, con una niebla alta de la que de vez en cuando se escapan gotillas que se pegan a mi objetivo obsesivamente.
llego a media mañana, y la balsa esta vacía solo uno paseantes por el dique rompen el silencio del entorno... Ni patos, ni otras aves solo quietud. La lámina de agua parece un espejo viejo que ha perdido su brillo y de forma rutinaria y aburrida refleja el paisaje y los carrizos que se aventuran a meterse en el agua.
Junto al dique los viejos hierros y tuberias posan para mí creando reflejos y simetrias con las que jugar...a este juego se unen una pareja de Lavanderas blancas, poniendo la nota natural.
Ya de vuelta dos bandadas de grullas en migracion un tanto tardia cruzan la balsa, con sus guturales sonidos.
